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jueves, 21 de febrero de 2013

ANCLA DE NIEVE

La nieve es un medio sujeto a variaciones notables y su solidez es de difícil evaluación. Por ello, los anclajes y los procedimientos de aseguración deben realizarse meticulosamente con la finalidad de conseguir las mayores garantías posibles de seguridad.
Cuando sea necesario realizar un anclaje en nieve, abandonar alguna parte del equipo, en la confección ellos es una situación que deberemos de valorar.




Tendremos en cuenta las siguientes premisas cuando confeccionamos un anclaje:

— La seguridad, que prima sobre otras consideraciones.
— La necesidad de emplear con posterioridad dicho equipo.
— La utilización del material imprescindible.


El ancla de nieve es el mejor anclaje en nieves blandas, pero su eficacia depende de una correcta colocación, que si bien no es difícil, debemos de conocer una serie de pautas. Es un anclaje que en nieves muy duras no funciona muy bien por la tendencia a saltar.
El ancla de nieve está disponible en varios tamaños y tiene un cable largo que nos servirá de anclaje.
La profundidad a la que la coloquemos será mayor cuanta menor consistencia tenga la nieve, asi en nieve muy blandas puede ser necesario enterrarla hasta un metro, mientras que en nieves blandas con veinte o treinta centímetros puede ser suficiente, esto es algo que deberemos de valorar in situ.
Introduciremos el ancla en la nieve con un ángulo aproximado de unos 40 - 45 grados con respecto a la superficie de la nieve. Inicialmente, el cable de acero se extiende perpendicular al  ancla, después cortamos la nieve con el cable, para que este estea paralelo a la pendiente.
Debido al diseño del ancla, esta si introducirá cada vez mas en la nieve cuando tiremos del cable, cuanto más tiremos del cable, mas introduciremos el ancla en la nieve. Hemos de tener también la precaución de no tirar del cable hacia arriba, pues extraeríamos el ancla.

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